SOBICAIN

Centro Bíblico San Pablo

SOBICAIN / Centro Bíblico San Pablo

Biblia Latinoamérica

Tercera lamentación

1 Yo soy el hombre que ha visto la miseria

bajo el látigo del furor de Dios.

2 El me llevó y me obligó a caminar

en tinieblas y oscuridad.

3 Vuelve y revuelve todo el día

su mano contra mí solo.

4 Consumió mi carne y mi piel

y quebró mis huesos.

5 Edificó contra mí un muro,

me cercó de veneno y de dolor.

6 Me mandó vivir en las tinieblas,

como los muertos de antaño.

7 Me encarceló y no puedo salir,

me puso pesadas cadenas.

8 Por más que grito y pido auxilio

él sofoca mi súplica.

9 Cercó mi camino con piedras enormes,

confundió mis senderos.

10 Ha sido para mí como oso en acecho

y león en escondite.

11 Complicando mis caminos me destrozó,

me dejó hecho un horror.

12 Preparó su arco, y me puso

como blanco de sus flechas.

13 Clavó en mi espalda

sus dardos sacados de la caja.

14 Me hizo burla de todo mi pueblo,

la cantinela todo el día.

15 Me colmó de amargura,

me dio a beber ajenjo.

16 Quebró mis dientes con una piedra,

me revolcó en la ceniza.

17 Mi alma está alejada de la paz

y ha olvidado la dicha.

18 Dije: Mi esperanza se perdió

igual que mi confianza en Yavé.

19 Acuérdate de mi miseria y vida errante, de mi ajenjo y amargor.

20 Mi alma recuerda, sí, y se me hunde.

21 Esto reflexiono en mi corazón,

y por ello esperaré.

22 El amor de Yavé no se ha acabado,

ni se han agotado sus misericordias;

23 se renuevan cada mañana.

Sí, tu fidelidad es grande.

24 Dice mi alma: «Yavé es mi parte,

por eso en él esperaré.»

25 Bueno es Yavé para los que esperan en él,

para el alma que lo busca.

26 Bueno es esperar en silencio

la salvación de Yavé.

27 Bueno es para el hombre

soportar el yugo desde su juventud.

28 Que se siente solitario y silencioso

cuando Dios se lo impone;

29 que ponga su boca en el polvo;

quizá tenga esperanza,

30 que tienda la mejilla al que lo hiere,

que se llene de humillaciones.

31 Porque el Señor no desecha

al hombre para siempre.

32 Si llega a afligir, luego se compadece,

según su inmenso amor;

33 él no se alegra en humillar

y afligir a los hombres.

34 Cuando se aplasta con el pie

a todos los cautivos de un país,

35 cuando se niega el derecho de un hombre

ante la cara de Dios,

36 cuando se falsea la justicia,

¿no lo ve el Señor?

37 ¿Quién habló y realizó?

¿No es el Señor el que decidió?

38 ¿No salen de la boca del Altísimo

los males y los bienes?

39 Pues, ¿de qué se queja el hombre,

el hombre que vive a pesar de sus pecados?

40 Examinemos nuestros caminos, estudiémoslos

y convirtámonos a Yavé.

41 Alcemos nuestro corazón y nuestras manos

al Dios que está en los cielos.

42 Nosotros hemos sido rebeldes y traidores

y tú no has perdonado.

43 Te has vestido de cólera

y nos has perseguido.

44 Has matado sin piedad;

te encerraste en tu nube

para que no pasara la oración;

45 nos hiciste basura y vileza

en medio de los pueblos.

46 Abren su boca contra nosotros

todos nuestros enemigos.

47 Nuestro destino es el terror,

sepulcro, desolación y ruina.

48 Torrentes de agua derraman mis ojos

por la ruina de la Hija de mi pueblo.

49 Mis ojos lloran sin cesar,

ya que no hay alivio,

50 hasta que Yavé desde los cielos mire y vea.

51 Me duelen los ojos

al ver a las hijas de mi ciudad.

52 Me cazaron como a un pájaro

mis enemigos sin motivo.

53 Ahogaron mi vida en un sepulcro

y echaron piedras sobre mí.

54 Cubrieron las aguas mi cabeza,

dije: Estoy perdido.

55 Invoqué tu nombre, Yavé,

desde lo profundo del sepulcro.

56 Oye mi grito:

no cierres tu oído a mi oración.

57 Te acercaste el día que te invocaba

y dijiste: «No temas.»

58 Señor, tú defendiste mi causa,

rescataste mi vida.

59 Yavé, viste la injusticia que me hacían.

¡Defiende tú mi juicio!

60 Tú ves cómo se vengan de mí

todos los que intrigaron contra mí.

61 Yavé, oíste sus insultos,

todas sus maniobras contra mí.

62 Sus palabras y sus pensamientos

todo el día se dirigen contra mí.

63 Estén sentados o en pie, mira:

yo soy risa para ellos.

64 Yavé, tú les pagarás,

según la obra de sus manos.

65 Haz que se obcequen en su maldad,

que ésta sea su maldición.

66 Tú entonces los perseguirás y barrerás

debajo de los cielos.

  • Amós 5,18
  • Job 30,30
  • Job 3,23
  • Oseas 13,7
  • Salmos 69,12
  • Miqueas 7,7
  • Salmos 73,26
  • Jeremías 15,17
  • Isaías 50,6
  • Evangelio según Mateo 5,39
  • Isaías 63,7
  • Amós 1,6
  • Amós 5,7
  • Joel 2,12
  • Oseas 6,1
  • Isaías 55,7
  • Jeremías 1,8
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