0 Prólogo (1,1—4,16) Jesús recorre el mismo itinerario del Pueblo de Dios
La historia del pueblo de Dios apuntaba al nacimiento del Cristo, Emmanuel: Dios-con-nosotros.
Su infancia lo presenta como el heredero de las promesas hechas a Abraham, el rey de las naciones adorado por los Magos. Ya es perseguido como lo serÁ su pueblo.
Juan Bautista presenta a JesÚs. Su bautismo lo manifiesta como el Hijo de Dios y en sus tentaciones revive las pruebas de Israel en el desierto. Para concluir: JesÚs es la luz de las naciones.
1 Documento de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abraham.
2 Abraham fue padre de Isaac, y éste de Jacob. Jacob fue padre de Judá y de sus hermanos.
3 De la unión de Judá y de Tamar nacieron Farés y Zera. Farés fue padre de Esrón y Esrón de Aram. 4 Aram fue padre de Aminadab, éste de Naasón y Naasón de Salmón.
5 Salmón fue padre de Booz y Rahab su madre. Booz fue padre de Obed y Rut su madre. Obed fue padre de Jesé.
6 Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre la que había sido la esposa de Urías.
7 Salomón fue padre de Roboam, que fue padre de Abías. Luego vienen los reyes Asá, 8 Josafat, Joram, Ocías, 9 Joatán, Ajaz, Ezequías, 10 Manasés, Amón y Josías.
11 Josías fue padre de Jeconías y de sus hermanos, en tiempos de la deportación a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y éste de Zorobabel.
13 Zorobabel fue padre de Abiud, Abiud de Eliacim y Eliacim de Azor. 14 Azor fue padre de Sadoc, Sadoc de Aquim y éste de Eliud. 15 Eliud fue padre de Eleazar, Eleazar de Matán y éste de Jacob.
16 Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
17 De modo que fueron catorce las generaciones desde Abraham a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo.
18 Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo.
19 Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla.
20 Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, 21 tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: 23 La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros.
24 Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. 25 Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.
La Biblia saca su fuerza de la continuidad de la historia y de la fidelidad de Dios a sus promesas, y por eso sus personajes se arraigan habitualmente en la historia anterior. Tal es el sentido de la presente genealogía que significa “documento de los orígenes” y señala la lista de antepasados.
Este documento sólo contiene 42 nombres, ordenados en tres series de catorce, cifra simbólica para los judíos. Jesús es hijo de Abraham, padre de los creyentes; también es hijo de David, tal como debía ser el Salvador prometido a Israel.
La primera serie de nombres ya está en Rut 4,18. Los de la segunda, que son los reyes hijos de David, son recordados en el Libro de los Reyes, pero nada se dice de los descendientes de Zorobabel (Esdras 3 y 4).
La lista llega hasta José, que fue padre adoptivo de Jesús. Esta paternidad adoptiva era suficiente para que Jesús fuera, como José, “hijo de David”.
Las cuatro mujeres aquí nombradas se mencionan en la Biblia: Tamar (Gén 38), que dio todo para no perder las bendiciones divinas. Rahab y Rut, dos extranjeras muy distinguidas que se integraron al pueblo de Dios, y la viuda de Urías, la bella Betsabé, que fue raptada por David.
Esta lista no es completa. En Lucas 3,23 se lee una genealogía de Jesús diferente que se inicia ¡con Adán! Ambos documentos están indicando de este modo que el Salvador es la flor y el fruto tanto de nuestra tierra como de la raza elegida (Is 45,8). Jesús se arraiga en la humanidad al cabo de siglos de una historia marcada por el pecado y también por la esperanza. Todos somos solidarios de Cristo por la sangre antes de serlo por la fe.
Muchas personas actualmente saben poco de sus antepasados. Eso no ocurría entre los judíos, para quienes la incorporación del nombre de su padre reemplazaba nuestro apellido de familia: Jesús era “ben Yosef”, hijo de José (Jn 1,45). Se conservaba escrupulosamente la lista aprendida de memoria de los antepasados y el lugar de origen.
Ya se notó la precisión aportada por el versículo 16. El párrafo que ahora empieza quiere recordar que Jesús es el descendiente legítimo de David, gracias a José, pero que no tiene otro Padre que Dios mismo y ha sido concebido por obra del Espíritu santo por una madre virgen.
Para la Iglesia primitiva, el origen de Jesús, hijo de María Virgen, era algo indiscutible, por eso Mateo, que se dirige a creyentes, no trata de demostrar nada. Se contenta con recordar que Dios ya había previsto que su Hijo estuviera arraigado en la descendencia de David.
Frases escuetas, casi tímidas, no osan deshojar el misterio de María, la mujer Virgen a través de la cual la vida de la tierra sube hasta Dios para ofrecerse como un obsequio. Un enviado atraviesa la noche y dialoga con palabras calladas. Sugerencia de un mundo abierto a presencias activas de Dios. En cuanto a la virginidad de María, ver Lc 1,26.
María estaba comprometida. En el pueblo judío esta situación daba ya los derechos de la vida conyugal, solamente que la mujer seguía viviendo en casa de su padre y bajo su autoridad. Toda mujer debía pertenecer a un hombre, ya fuera su padre, su esposo, o su hijo, en caso de que fuera viuda. De modo que José tenía que llevarla a su casa para que comenzase a estar bajo su tutela (vs. 20 y 24).
Todo parece indicar que fue María la que informó a José, quien comprende que el anuncio a María presagia mucho más que dar a luz a un niño y piensa que no debe entrometerse, pero no ve cómo retirarse sin perjudicar a María.
El verbo griego significa: “difamar, exponer a una difamación”, y no “denunciar”, como traducen algunos que imaginan a José dudando de la fidelidad de María.
Este primer error los lleva a cometer otro en el versículo siguiente que traducen: “No temas llevarte a María a tu casa porque está esperando del Espíritu Santo”, (imaginan que el ángel quiere tranquilizar a José). En realidad, la partícula griega no significa habitualmente “porque”. El ángel muestra a José que no está de más en este asunto: él también tiene una misión que cumplir en esta obra de Dios.
Al adoptar a Jesús, José le transmitiría su legitimidad como hijo de David, ya que con toda probabilidad, la familia de María pertenecía a otra tribu.
Jesús es la forma castellana de Jeshuá, nom bre que es muy cercano a Josué y significa Salvador. Era un nombre bastante común entre los judíos.
Mateo cita una profecía (Is 7,14) que confirma que Jesús es tanto el descendiente de David como la presencia de Dios en la tierra, Emmanuel, Dios-con-nosotros. Jesús, que nace de Ma ría en el tiempo, es el propio Hijo Único del Padre, nacido de Dios desde la eternidad; no hay lugar para dos padres. La paternidad adoptiva de José encubre y protege un misterio.