SOBICAIN

Centro Bíblico San Pablo

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Biblia Latinoamérica

Cántico de Moisés

1 “Cielos, presten oídos, que voy a hablar, y la tierra toda escuche las palabras de mi boca.

2 Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como suave lluvia sobre la verde hierba, como aguacero sobre el césped.

3 Voy a proclamar el nombre de Yavé: ¡alaben a nuestro Dios!

4 El es la Roca, cuya obra es perfecta, y todos sus caminos son justicia. Es Dios leal, enemigo del mal, es recto y justo.

5 Se portaron mal con él, ¡hijos indignos! generación perversa y depravada.

6 ¿Así pagas a Yavé, pueblo tonto y estúpido? ¿No es él tu Padre, el que te creó, el que te hizo y te estableció?

7 Acuérdate de los días pasados, recuerda las generaciones anteriores. Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te expliquen.

8 Cuando el Altísimo dio a cada pueblo su tierra, cuando repartió a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los Hijos de Dios.

9 Pero la parte de Yavé fue su pueblo, Jacob fue su propio dominio.

10 Lo encontró en el desierto, en la soledad rugiente, y lo cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de sus ojos.

11 Como un águila cubre a sus polluelos, y revolotea sobre ellos, así él extendió sus alas y lo tomó y lo llevó sobre sus plumas.

12 Sólo Yavé lo guiaba, no estaba con él ningún dios ajeno.

13 Lo estableció en las tierras altas, lo alimentó de los frutos del campo, le dio a gustar la miel de una peña que sale como aceite del hueco de la roca,

14 la crema de la vaca y la leche de las ovejas, la grasa de los corderos, y la flor de los granos de trigo; tuvo por bebida el jugo de la uva.

15 Comió el Regalón y se sació, engordó Israel y dio coces, rechazó a Dios, que lo formó, despreció a su Roca, que lo salvó.

16 Despertaron sus celos con dioses ajenos, lo irritaron con sus ídolos.

17 Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios. a dioses que no eran suyos, dioses nuevos, recién llegados, a los que nunca veneraron sus padres.

18 ¿Cómo? Olvidas a la Roca que te creó, ignoras al Dios que te engendró?

19 Yavé lo ha visto, y desprecia a sus hijos e hijas que lo han ofendido.

20 Les voy a esconder mi rostro, a ver qué será de ellos. Estos son una generación perversa, hijos de los que uno no se puede fiar.

21 Me pusieron celoso con lo que no es Dios, me molestaron con cosas que no sirven. Por eso yo los pondré celosos de una gente que no es pueblo, y los molestará una nación que no sirve.

22 ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hasta el mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!

23 Descargaré mis plagas sobre ellos y agotaré en ellos mis dardos.

24 Los consumirán el hambre, la peste y las fiebres mortales. Dientes de fiera mandaré contra ellos, y el veneno de los reptiles.

25 Por fuera la espada hará estragos y dentro reinará el espanto. Caerán sobre el joven y la doncella, el niño de pecho y el viejo encanecido.

26 ¿Acaso diré: A polvo los reduciré, borraré su recuerdo de en medio de los hombres?

27 Temo que se jacten sus enemigos, ya que no entenderían y dirían: “Les ganamos nosotros, no es Yavé quien lo hizo.”

28 Israel no sabe conducirse y no hay en ellos sensatez.

29 Si fueran inteligentes, lo entenderían, y sabrían en qué van a parar:

30 Un solo enemigo persigue a mil de ellos y dos ponen en fuga a diez mil, ¿no será porque su Roca los ha vendido, porque Yavé los ha entregado?

31 El enemigo, su roca no es como nuestra Roca, no hay sabiduría en nuestros adversarios.

32 Porque su viña es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus racimos.

33 Su vino es veneno de serpiente, mortal ponzoña de áspid.

34 ¿Qué suerte les tengo reservada, sellada y guardada junto a mí?

35 ¡A mí la venganza y la sanción en el momento que su pie vacile! Pues se acerca el día de su ruina, y pronto llega su fin.

36 Porque Yavé hará justicia a su pueblo y se apiadará de sus siervos, cuando vea que su fuerza se agota, que no queda ya ni hombre libre ni esclavo.

37 Y les dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en la que buscaban su refugio,

38 los que comían la grasa de sus sacrificios y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y los salven a ustedes!, ¡sean ellos su amparo y refugio!

39 Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que yo. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero, y soy yo mismo el que sano, y no hay quién se libre de mi mano.

40 Sí, yo alzo al cielo mi mano y digo: “Tan cierto como vivo yo para siempre,

41 afilaré la punta de mi espada, y mi mano empuñará el Juicio; me vengaré de mis adversarios, y daré el pago a quienes me aborrecen.

42 Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada se hartará de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas de caudillos enemigos.

43 ¡Que los cielos festejen a su pueblo! ¡Hijos de Dios, póstrense ante él! Porque él venga la sangre de sus siervos y devuelve la venganza a sus adversarios, mientras purifica la tierra de su pueblo.”

44 Moisés pronunció las palabras de este cántico ante el pueblo que lo escuchaba, y Josué, hijo de Nun, estaba con él.

45 Cuando Moisés acabó de pronunciar estas palabras a todo Israel, les dijo:46 “Estén bien atentos a todas estas palabras que contienen mi declaración contra ustedes, y digan a sus hijos que cuiden de ponerlas todas en práctica.47 Porque no es cosa de poca importancia: esta palabra es su vida y, por ella, ustedes prolongarán sus días en el país que van a conquistar después de pasar el Jordán.”

48 Yavé habló a Moisés en aquel mismo día y le dijo:49 “Sube a los cerros de los Abarim, en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy a los hijos de Israel. Morirás en el cerro al que vas a subir,50 y te reunirás con tus padres, igual que tu hermano Aarón, que murió en el cerro de Hor y fue a reunirse con los suyos.51 Bien sabes que han desconfiado de mí en las aguas de Meribá, en el desierto de Zin, cuando no me proclamaron frente al pueblo.52 Por eso no entrarás en la Tierra; sólo la contemplarás de lejos.”

  • Isaías 55,10
  • Salmos 72,6
  • Segundo Libro de Samuel 23,3
  • Isaías 26,4
  • Evangelio según Mateo 7,24
  • Evangelio según Mateo 16,18
  • Isaías 1,2
  • Evangelio según Mateo 17,17
  • Génesis 10,1
  • Hechos de los Apóstoles 17,26
  • Éxodo 19,4
  • Isaías 63,14
  • Isaías 43,11
  • Salmos 81,17
  • Salmos 147,1
  • Oseas 13,6
  • Primera Carta a los Corintios 10,20
  • Apocalipsis 9,20
  • Isaías 45,6
  • Jeremías 2,11
  • Carta a los Romanos 10,19
  • Carta a los Romanos 11,11
  • Primera Carta a los Corintios 10,22
  • Ezequiel 5,16
  • Segundo Libro de los Reyes 18,35
  • Jueces 2,14
  • Isaías 50,1
  • Isaías 5,2
  • Jeremías 2,21
  • Carta a los Romanos 12,19
  • Carta a los Hebreos 10,30
  • Segundo Libro de los Macabeos 7,6
  • Isaías 43,11
  • Oseas 13,4
  • Hechos de los Apóstoles 4,12
  • Apocalipsis 10,5
  • Segundo Libro de los Macabeos 7,6
  • Apocalipsis 6,10
  • Apocalipsis 19,2
  • Números 27,12
  • Números 20,24
  • Números 20,13
Dt 32,1

Este cántico de Moisés le recuerda a Israel su vocación, sus faltas y las promesas de Dios que se cumplirán el día en que vuelva a serle fiel. Es el poema del amor inagotable de Yavé que dirige toda la historia de Israel.

El cántico se presenta como una requisitoria: Moisés toma como testigo al universo, tal como lo hacen otros textos (Dt 30,19; Job 20,27; Sal 50,1 y 6).

Yavé elige a Israel (7-9), lo conduce por el de­sierto hacia la tierra prometida (10-14), pero Israel, ya satisfecho, rechaza a Dios y se fabrica ídolos (15,18). Yavé se convierte en adversario de Israel (22-30); el pueblo, humillado y desterrado, debe contar con la compasión de Yavé que al final lo liberará y lo hará triunfar sobre los malos (31-43).

Dt 32,8

(8-9) La elección de Israel desde el comienzo de la historia de la humanidad: los hijos de Dios son los dioses o los ángeles responsables de las diversas naciones, mientras que Israel depende sólo de Yavé.

Dt 32,10

(10-14) La ascensión desde el desierto a los cerros de Palestina: la vid y el trigo son las riquezas del sedentario.

Dt 32,11

Como un águila. Otra imagen de Dios madre que vela por su pueblo: nadie ni nada los arrancará de su protección.

Dt 32,15

Después de haberlo recibido todo de su padre, el hijo pródigo piensa que será más libre prescindiendo de él.

Dt 32,17

Ofrecieron sacrificios a los demonios. A menudo los ídolos son considerados como obras muertas; otras veces el ídolo es visto como una trampa que permite a un demonio hacerse adorar a través de ella (Ba 4,7; Sal 106,37 y 1Cor 10,20).

Dt 32,18

El Dios que te dio a luz. Este verbo se utiliza sólo para la madre que da a luz, nunca para el padre que engendra. Se trata, pues, de un padre que no estuvo solo de paso, sino que vela sobre su familia.

Dt 32,21

(21-25) La justicia de Dios vuelve celosos a los que han provocado su celo.

Dt 32,25

Véase Ez 7,15.

Dt 32,26

(26-27) Dios se sirve de sus enemigos para castigar a su pueblo, pero no les dejará gozar de su triunfo: Is 10,5-7.

Dt 32,28

(28-33) ¿Cuándo se dará cuenta Israel de que los dioses y la cultura extranjera no hacen más que alienarlo?

Dt 32,34

(34-36) Yavé no dejará de tener su hora y de rescatar a su pueblo desterrado.

Dt 32,37

(37-39) Aquel día sólo Yavé recibirá la gloria.

Dt 32,40

(40-43) Yavé juzga a los enemigos de su pueblo y también a quienes de su pueblo se volvieron sus enemigos.

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